Como desafiando su talento de buzo, la gran ballena
franca, nadaba jugueteando frente a las costas del Golfo San José, en la remota
Península de Valdés. Asomaba su cabezota, resoplando un torbellino de gotitas
de espuma empujadas por el oxigeno en cada exhalación, o se ponía panza arriba
para ahuyentar al macho que deseaba copular. Él no era de su agrado y por eso ella flotaba,
descubriendo sobre el oleaje, su parte de abajo, su panzota, de tal manera que
él no la alcanzara. Más tarde, seguramente elegiría.
Estar dedicado al mar y su marea alta, le permitía a Pedro
gozar del espectáculo de las madres jugando con sus crías y de algún ballenato
mayorcito y celoso, golpeando las aguas azules con su cola o brincando en
ellas.
No esperó más, la ballena lo requería. Las aguas azules
claras y transparentes lo atraían. Buscó su traje de neopreno, lo calzó y se
sumergió sin llevar siquiera el tubo de oxígeno. Ella estaba cerca. El
ballenato también. De pronto se le nubló la vista y se le acabó el aire. El mar
se volvió blanco-amarillento y espeso.
Un chorro tibio, fuerte e impetuoso, desperdiciado en gran cantidad en
las aguas frescas del golfo, había brotado de una de sus dos mamas. Estaba
alimentando a su hijo y quiso mostrárselo.
Ése fue el mensaje que Pedro entendió y recordó luego,
cuando medio ahogado, afloró a la superficie arrastrado por dos compañeros de
la profesión que, pasaban por el lugar haciendo un avistaje desde la lancha.
Afortunadamente, pudieron verlo cuando se lanzaba desde la barranca. Más tarde
irían en su auxilio. Una señal divina,
le aseguraba que la vida puede ser vivida. La Naturaleza, le había regalado una
experiencia inolvidable. Mientras, la dueña de esa cola erguida y colosal,
acompañaba a su bebé en la empresa de crecer.
2013
Los animales nos pueden enseñar muchas cosas maravillosas.
ResponderEliminarSólo amor yo te deseo para el nuevo año que viene, porque amando y siendo amado todo lo demás se obtiene.
Abrazos.
Tarde descubrí tu saludo Rafael. Mil gracias y abrazos.
EliminarSolemos ver por aqui y a veces muy cercanas a la orilla estos bellisimos ejemplares, ahi por el mes de octubre.Que tengas un año tal cual lo sueñes,abrazos Fiaris
ResponderEliminarTarde descubrí tu saludo Fiaris. Mil gracias y abrazos.Sí recorren nuestras costas. . .
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