Sola



Recorriendo el largo pasillo de aquel modernizado hospital, poblado de gente que pululaba por curación, en un claro, dentro de tanto movimiento de profesionales y enfermos, la vi. Estaba parada, de espaldas y sola. Su pelo parecía muy corto pues no se asomaba del pañuelo con el que envolvía su cabeza; su figura desgarbada. Llevaba un vestido largo de color gris, con mangas también largas. Me acerqué hasta el ventanal por donde la mujer parecía mirar y quise hablarle; mis palabras se ahogaron en la sorpresa de su inesperado giro. Sus ojos oscuros, sin brillo, enmarcados en ojeras color borgoña me miraron con tristeza, como alertándome: “Vete, te puedo contagiar”

2013

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Comentarios

  1. Thеre iss definately a lot to learn about this issuе.
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  2. De esas miradas de tristeza se tienen todos los días en los pasillos
    de un hospital, pero poco nos acercamos a ver todo eso
    estar ahi es darnos cuenta de la precariedad de nuestra naturaleza
    y de que la gran mayoría pasaremos esas etapa de la vida cuando nuestro sistema al fin se malogra...y a veces eso es irreversible...

    te dejo mi abrazo grande!

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    Respuestas
    1. ¡Ya lo creo, amiga! Lo he vivido todo el año con mi madre. Gracias por tu presencia. Un fuerte abrazo.

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Alimento del alma

Alimento del alma
Del pintor italiano, Charles Edward Perugini (1839-1918)