Amores de Café




En el Café de Almagro, ése que tenía un cartel de colores en la puerta anunciando a "Don Braulio y su  sexteto de oro",  en ese universo tanguero, la conocí. Al susurro de una milonga de fondo la vi pasar con la bandeja redonda y dos lisos encima, igual que en Santa Fe, la cerveza conservada en barril de hierro servida en vaso rebosante de espuma en su borde. A mí, me gustaba el chopp porque el jarro de vidrio acanalado o de cerámica siempre me hizo acordar a una taza, aquella en la que tomaba la leche antes de ir a la escuela. Quedé prendado de ella. Era la hija del dueño. ¡Ni qué mirarla!  El viejo, Pater hasta los huesos, la cuidaba más que a su vida misma y no permitía que naides le hablara. "Cuando se case, que la cuide el marido que será quien tendrá la obligación", comentaba en voz alta para que los parroquianos lo escuchasen de su propia boca. Yo, que no acostumbraba a venir pa´la ciudad, era un desconocido. Sin embargo, le simpaticé a Don Jerónimo y aprovechando la volada me lo metí en la bolsa. Durante seis meses, cada quince días pasaba por el Café, hacía un alto en la jornada, tomaba siempre lo mismo, cosa que a ella le causaba una candorosa expresión porque le pedía un Chopp y una botella de naranjada. "Es que ansí tomamos la cerveza en el campo, señorita"  y apenas le hablaba, el viejo paraba la oreja y como gallito de riña se ponía en alerta. Don Jerónimo, petizo, calvo y flaquito, era un buen hombre y un buen padre. Lo aprendí a querer;  cuando partió muchos años más tarde, lo extrañé.
Luciana tenía la costumbre de ponerse de espaldas al mostrador y mientras me servía el pedido me sonreía una y otra vez.

Cuando después de un año de hacerle el filo, me la llevé pa´ el campo, Don Jerónimo se puso pálido y más chiquito, comía poco y estaba triste. Un día, tomé la decisión, cuando bajé a la ciudad me lo llevé a él también. Vendió el Bar con Don Braulio incluido. Ella se puso contenta. Aprendió a cantar vidalitas  y a escuchar otras milongas, las camperas. Siguió el ejemplo paterno y resultó ser una madraza, más vigilante que su propio padre. . .

2012

Aclaración sobre algunas Palabras:

Naides=nadie
Ansí= así
Hacer el filo (jerga argentina)=estar de novio


Vidalita=estilo musical del campo argentino

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Comentarios

  1. lindo cuento
    de esos entrañables que corren por los campos de las tierras gauchas
    así estas tierras
    donde los hombres de bien saben querer y respetar
    a su mujer y su familia
    y se hacen de esa responsabilidad por siempre
    la gente del campo tiene valores que en otros lugares ya se han perdido...

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  2. Así es Meulen. El campo y su gente, siempre me resultó sincero.

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Del pintor italiano, Charles Edward Perugini (1839-1918)