El escritor había dejado caer su cabeza sobre la destartalada mesa de cocina.
La noche y su oscuridad lo sorprendieron dormido y babeante. A su lado, un escrito que parecía una carta y junto a él, una botella de ron vacía. Desde el atardecer, no dejaba de beber, del pico nomás, en rebeldía con el mundo y su suerte. Así, se introdujo en la brumosa soledad del sueño, sólo para acallar la pena que le corroía el alma. Esa pena tenía un nombre: Ruth.
2015
Precuela del cuento largo "Ruth" que puedes leer en este Blog.
en: https://miscuentosmimundo.blogspot.com/2016/02/ruth.html
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Fotografía ilustrativa, tomada de Internet |
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