Parada de bus



Pasó cerca de mí como una ráfaga. Corría a tal velocidad que si fuera de mi conocimiento o amistad y quisiera alcanzarle, no lo hubiere logrado. Una estela de zozobra dejó en el aire, una impotencia inmovilizante en cada uno de los que esperábamos el minibús a metros de esa maldita esquina. Vestida de sensación, la "cosa" se metió de lleno en el encontronazo de la moto con el flamante utilitario cargado de verduras. El pobre jovencito, voló, sin casco, en una desgraciada pirueta.

 2014


"
"

Comentarios

  1. Te ha quedado muy bien, amiga. Qué bueno!

    Abrazos y buen finde.

    ResponderEliminar
  2. Gracias, José por tu aliento y permanencia. Abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Tal vez breve de palabras, no asi de contenido, me parece magnifico, potente y con lecturas diversas y mi percepción me hace estremecer.
    ¡te felicito¡

    Besos muchos,

    tRamos

    ResponderEliminar
  4. Me encanto!! Muy bien logrado, me estremeció una sensación violenta, lograda en tan pocas palabras. Te felicito!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Uyyy! que alegría que estés aquí Lau. Gracias por tu comentario.

      Eliminar
  5. Alguna vez así volé. No una vez, sino tres. Agrega interrogantes a mi existencia física ilesa. Muy bueno.

    ResponderEliminar
  6. Carlos, amigo querido, tienes un ángel de la guarda muy poderoso. Gracias por tu comentario. Un abrazo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Mi agradecimiento por tu conexión.

Alimento del alma

Alimento del alma
Del pintor italiano, Charles Edward Perugini (1839-1918)