Cae la noche. Las luces iluminan
la tenue oscuridad que avanza sobre las calles, los parques, los jardines. . .
En un punto de la ciudad, en un
viejo pero mantenido edificio de pocos pisos, en un apartamento con terraza, una mujer disfruta de la noche a la luz de muchas velas que ha encendido con amor.
La luna ausente pinta de negro el firmamento y resalta el arcoiris nocturno de
las luminarias públicas y privadas. El neón de los carteles de las tiendas hace
piruetas en sus cambios de colores. Las LED de las pantallas de noticias y
anuncios parecen piedras preciosas reflejando su brillo.
Él ha llegado. El vino escarlata
danza en las finas copas. Los platos delicados dan vida a la esmerada mesa, y
el postre perfecto arranca sonrisas de placer. El espumante del cierre burbujea
llenando de chispas líquidas el espacio entre las dos bocas.
Una blanca tibieza se apropia de
las sábanas. La música que fluye tenue a través de los parlantes acerca la
magia de sus acordes. El corazón se acelera y nace la imaginación. Los cuerpos
se confunden en secretos de seda y percal. Vendaval de pasiones en la
habitación. Secretos de amor en la noche eterna.
2019
Me resulta muy bueno, amiga. Dice todo en pocas palabras y, pienso, que de ahí me nace la complacencia ante su lectura.
ResponderEliminarAbrazos